La tuberculosis activa es de naturaleza predominantemente pulmonar. La TB pulmonar se transmite a través del aire, lo que la convierte en una enfermedad altamente transmisible. Dada la naturaleza infecciosa de la TB pulmonar, un diagnóstico rápido y preciso es un elemento importante para el tratamiento y control de esta enfermedad.
El tratamiento conlleva a la administración prolongada de múltiples fármacos, y suele ser muy efectivo. Sin embargo, las cepas de M. tuberculosis pueden adquirir resistencia a uno a más de los fármacos, lo que hace que presenten fracasos en el tratamiento. Los fármacos que se usan de forma primaria en el tratamiento de la tuberculosis son la isoniazida, rifampicina, etambutol y pirazinamida. Según la información de la OMS, la resistencia a RIF se presenta asociada a la resistencia a otros fármacos contra la TB.