Los anticuerpos plaquetarios son inmunoglobulínas producidas en procesos patológicos, como púrpura trombocitopenica idiopática o secundarios a algunos medicamentos, como oro, heparina, quinidina y quinina. Son detectados mediante pruebas específicas que evidencian autoanticuerpos o aloanticuerpos dirigidos contra los antígenos plaquetarios, que fijan las plaquetas y las destruyen, ocasionando trombocitopenia, sangrado excesivo, y refractariedad clínica a transfusiones de plaquetas. La prueba es de utilidad en pacientes con trombocitopenia. También permite seleccionar plaquetas compatibles con pacientes refractarios, en tratamiento con transfusiones plaquetarias.